artículo de Odalcet
¿Que viene ahora? Una vez que los líderes de la oposición metieron la pata hasta la cintura, el paso a dar despierta curiosidad. Por una parte existe espectativa sobre la no participación en las elecciones; sobre la verdadera lectura de este hecho. Por otra, hay la certeza en muchos venezolanos de que la oposición se meterá a fondo por el atajo de la desestabilización, apelando a todo tipo de recursos.
¿Reincidirá la oposición en el empleo de la violencia, en seguir siendo el intrumento dócil de la política de la Casa Blanca? ¿Insistirá en repetir la aventura golpista, terrorista? ¿Se empeñará en la temeridad de hacer política de espaldas al pueblo? ¿Seguirá delegando la conducción en agentes antinacionales como Súmate? ¿Continuará plegada la oposición a los medios de comunicación, en especial a los más radicalizados y comprometidos con siniestras conjuras, Globovisión, Canal 2, El Nacional, El Universal?.
La otra posibilidad es que la oposición, su liderazgo, reflexione. Hasta ahora, ante pasadas metidas de pata, no lo ha hecho. ¿Lo hará en esta oportunidad? Si uno se guía por anteriores experiencias tiene que concluir que estas vez hará lo mismo: que perseverará en el error. Pero uno tiene que ser flexible en los juicios. Uno tiene que conceder siempre el beneficio de la duda. Considerar, por ejemplo, que el embrutecimiento del liderazgo oposicionista es reversible, que podrían producirse rectificaciones importantes, es algo que puede darse.
La historia no debe asumirse como fatalidad. Los peores errores, incluso, la repetición de los mismos, no pueden llevarlo a uno a considerar que, fatalmente, siempre ocurrirá lo mismo.
La oposición venezolana, con el actual liderazgo cargado de derrotas, o con otro diferente, tiene que reaccionar. En el país se espera que lo haga. Que adopte una nueva política. Que recupere la nacionalidad, que asuma al país que ahora tenemos y que renuncie a un pasado que opera como grillete.
Lo más importante que puede suceder después del domingo 4 de diciembre, es el rescate para Venezuela de la oposición. Que ésta respete la Constitución y se respete a sí misma. ¿Se producirá el milagro? Ojalá que sea así. Por ahora esperemos atrincherados en el optimismo.
¿Que viene ahora? Una vez que los líderes de la oposición metieron la pata hasta la cintura, el paso a dar despierta curiosidad. Por una parte existe espectativa sobre la no participación en las elecciones; sobre la verdadera lectura de este hecho. Por otra, hay la certeza en muchos venezolanos de que la oposición se meterá a fondo por el atajo de la desestabilización, apelando a todo tipo de recursos.
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